Eres un payaso, sonríes a todos cuantos te rodean porque ese es tu oficio y tu función. Haces reír sin cesar, pero no llega a más. Repentinamente, pasas a ser equilibrista, deslizando cada milímetro de piel con gran osadía sobre un fino hilo, pasito a pasito, con cuidado de no desmoronarte o sufrirás un gran mal… Proyectas minuciosamente cada pisada, pero por desgracia, en muchas ocasiones pierdes el equilibrio. Aun estás empezando, te ayudan a sostenerte en cada instante que crees resbalar y divisas atónito tu tensa mano sobre su piel, fielmente atada, con soltura pero seguridad. Es un largo trayecto, pero debes aguantar.
-Esto es muy difícil, ellos que sabrán -te murmuras sin escatimar.
Todos nos encontramos en este circo, ¿cuál es tu papel?
Valentin Gonzalez