Bienvenidos!!!!

La idea de este blog parte de muchos de los textos que escribia en mi tuenti y demás paginas, desde entonces se me ocurre la idea de por que no hacer una pequeña recopilación de todos mis textos, de frases recopiladas de los azucarillos de los bares, de las experiencias que obtienes a lo largo de los dias, y entonces sale este tan importante blog que es para mi, aquí se reflejan muchísimas cosas, muchísimas cosas vividas,

En pocas palabras, si lo que queréis es sentir y experimentar diferentes emociones con una simple lectura, este es vuestro lugar. Todos necesitamos consejos en nuestra vida, alguien que entienda lo difícil que es vivir, y aquí los habrá. Pero ahí no acaba la cosa, en este blog no solo casi palparéis los sentimientos, sino que las publicaciones irán desde un relato corto hasta una verdadera historia, ya sean experimentadas por mi o experimentadas por mis amigos, experiencias buenas, experiencias menos buenas…
En conclusión, un espacio curioso, sentimental, interesante, divertido y mucho mas en el que, con todo este tiempo e logrado formar, habrá contenidos de todos los tipos y en el que siempre habrá algo nuevo que leer.

Por ahora me despido, un saludo de mi para ti y… ¡Blog inaugurado

Despues de esto empezare por presentarme...que os parece??

Me llamo Valentin tengo ''X'' años mas los que me quitan
me defino como un chico bastante joven, algo cachondo, extrovertido al ganar confianza y sobre todo fiel a las amistades. Mi apariencia es bastante normal,y a la vez algo extravagante aunque el atractivo prefiero que lo consideren las personas de mi entorno, no yo. No querría caer en el narcisismo. Soy bajito y juraría que mido 1’69, y muy normalito de cuerpo,; rubio y ojos azules. Además de eso, poco más puedo decir.

Mis aficiones son, como comprobaréis por mis entradas en el blog, leer y escribir. Pero más allá, también adoro el cine y las compras,la moda y los amigos adoro Ruzafa y a Valencia también a mis amigos, me encantan las charlas de Juncal y las tardes con mi amigo Hector, las noches de cañas con Ainara, maite y juncal son super especiales,me fascina la comida china y los mercaditos hipies, e de reconocer que me e aficionado a las Heineken y al Radio city, me tiene enamorado Valencia city, la calle cadiz, el barrio del Carmen, y la alameda, la calle colon me entretiene muchisim, me relaja mucho la música indie mientras reciclo cosas.
Me encanta mi bici y el momento que paso con ella. He de decir que los animales es otra de mis pasiones, me encantan todos y convivo con tres gatos y un perro yorkshire que se llama Eidan . A todos les tengo un cariño inmenso, nada sería lo mismo sin ellos.

Y ya está, eso es todo lo que os voy a contar de mí hasta ahora. Quizá más adelante acceda a exponer más información de mi persona, pero hasta entonces, ¡adiós!


Valentín González

viernes, 28 de octubre de 2011

La cosa al final del pasillo...



Nunca hubiera pensado que en un lugar como en donde trabajo (un centro de investigación) iba a toparme con eso, pero allí estaba, al final del pasillo. Justo frente a mí.
Tenía la idea de que tarde o temprano me iba a encontrar con algo similar, pero no esperaba que fuera a ser verdad, y menos tan pronto.
Debía de haberme dado cuenta cuando encontré ese libro, pero me pareció estúpido como ahora me parece todo el asunto.
No sé, nunca me pareció lógico ya que el doctor Gómez era un investigador serio. Uno de los más productivos de todo el lugar, era de verdad estúpido que él tuviera en su poder un libro de ese tipo, algo de magia negra. ¿Qué diablos hace un libro de magia negra en un laboratorio de investigación? ¡Absurdo! Así como esas macetas con un moño rojo en las plantas.
Pero yo vi el libro en el escritorio del doctor. Ni siquiera le estaba buscando a él, era a su asistente a quien yo buscaba, ya que ella había quedado de prestarme un reactivo que necesitaba.
Cuando llegué me dijo que la esperara en el despacho del doctor porque estaba platicando de algo más o menos privado, le dije que después volvía pero ella me insistió en que me quedara.
Al entrar en el despacho, fue cuando lo vi, Era un libro muy antiguo al parecer por el color de las tapas. Me llamó la atención enseguida, era como si el maldito libro me llamara. No tenía nada impreso en la portada. De hecho, cuando lo abrí, pude ver que no tenía nada impreso, estaba todo escrito a mano en unas hojas amarillentas y una tinta descolorida pero legible.
No estaba escrito en ningún idioma que yo conociera. Pero en la primera página tenía un rótulo en un lenguaje que sí entendí: “Vermis Misteries”.
“¿Qué diablos es el misterio de los gusanos?” pensé “Gómez ni siquiera trabaja con lombrices o vermicomposta ni nada que se le parezca”. Hasta donde yo sabía hacía investigación sobre el efecto de ciertas drogas para prolongar la vida y juventud de las ratas.
Lo que me dejó sorprendido, no fue el libro en sí, ni siquiera el hecho de que fuese sumamente antiguo, sino lo que el libro me hacía sentir. Lo primero que sentí, era una fuerte atracción hacia el libro, como si en él hubiera un secreto muy importante de que necesitara enterarme, y pronto. Pero en cuanto lo abrí me sentí lleno de repugnancia, con solo ver las palabras escritas, se me antojaba que se trataba de algo malsano, repugnante, ominoso. Algo por completo antinatural.
Ni siquiera era capaz de leer las palabras, pero de solo verlas escritas en ese libro, me hacía sentir que había algo por completo equivocado al respecto. Sentí ganas de quemarlo, pero opté por dejarlo tal y como lo había encontrado.
Finalmente me dieron el reactivo por el que había ido y me fui sin dejar de pensar en el libro.

¿Vermis Misteries? – Me preguntó Rolando cuando le hablé del libro – Me suena, me suena. ¡Ah, si! ¡Ya me acordé! Pero, ¿Dónde me dijiste que lo leíste?
¿Por qué? – Repliqué – De hecho, no lo leí, solo lo vi.
Pues es que ese libro no existe.
¿Cómo que no existe? Apenas ayer lo vi.
Pues ha de ser una imitación. Existen varias versiones del Necronomicón pero ese libro tampoco existe, es una “leyenda”. Lo inventó un escritor de terror y pues hubo quienes creyeron en su existencia hasta el grado de escribirlo.
Pero esto no era un libro comercial, era muy antiguo como para ser la invención de un escritor moderno. Le di la información a mi amigo y él agregó que los fanáticos de esas cosas hacían imitaciones muy buenas.
Bueno, de todos modos, ¿De qué se supone que habla? – Pregunté.
No estoy muy seguro, creo que se trata de magia negra, algo así como la manera de resucitar muertos o como volver de la muerte y cosas por el estilo.
Bueno Rolando, gracias por tu ayuda, nos vemos luego.
Sale, nos vemos.

No me preocupe o trate de no preocuparme más por el asunto. Pero debí de haberlo hecho, aunque ni aún así hubiera podido evitar lo que finalmente ocurrió.
Las cosas comenzaron a suceder poco después de que yo viera el libro. El laboratorio en el que trabajo se encuentra cerca del laboratorio del doctor Gómez, así que en ocasiones me entero de lo que ocurre cuando alguien se pone difícil. Nada que el doctor Gómez no sea capaz de controlar.
Lo que escuche ese día, no era una discusión con un estudiante problemático, me pareció que estaba gritándole a su asistente. Pero no estaban peleando, al parecer estaban persiguiendo una rata que se había fugado.
¡Me mordió! ¡Con una chingada!
¡Agárrala! ¡Se está escapando!
Decidí salir a ayudarles pues me llevaba bien con ellos, pero cuando salí al pasillo y vi la rata a la que seguían, me detuve. Al parecer, era una rata común y corriente, de esas ratas blancas de laboratorio de no sé que cepa. Al principio intenté seguirla, pero la rata me vio directamente a los ojos y cambió todo.
No puedo negarlo, tuve miedo. Ya que los ojos de esa rata no eran los ojos de un animal normal. Ni siquiera los ojos de un animal enfermo o enloquecido. No tenían ningún brillo. Eran los ojos de un animal muerto.
Pero el maldito bicho se movía como si estuviera vivo, así que cuando sus perseguidores salieron, poco acostumbrados a correr como estaban, no lograron darle caza.
¿Eso qué era? – Les pregunté.
Solo una rata.
No quise saber más.

Poco después, fui a entregar un material que me prestaron pero no estaba ni el doctor ni su asistente ni el técnico, así que le dije a uno de sus estudiantes que iba a dejarles el material con una nota en el despacho del doctor.
Cuando entré, allí estaba el libro, justo al lado de la bitácora del doctor.
Nuevamente me sentí atraído por el libro y pude darme cuenta que alguien lo había estado leyendo, incluso tenía una hoja dentro para señalar una página.
Pero no pude evitar echarle un ojo a la bitácora del doctor. Allí me enteré del incidente de la rata desde otro punto de vista.
Habían estado dándole un tratamiento que no explicaba correctamente, algo raro en el doctor
“Esa sustancia que el libro describe es capaz de hacerlo, la rata comenzó a moverse después de 24 h. Me mordió cuando la estaba revisando y escapó. Debo tomar tratamiento.”
No me atreví a leer más.

El día siguiente fue cuando noté algo raro en el doctor. Su piel se notaba afectada, tenía las ojeras aún más marcadas que de costumbre y los ojos vidriosos. Cuando le pregunté sí le ocurría algo, respondió con evasivas.
Ese mismo día, el doctor Gómez murió.
Ocurrió un par de horas después de que yo hablara con él. Escuché un grito proveniente del pasillo y pude darme cuenta que algo no marchaba, porque un rumor comenzó a escucharse y enseguida un griterío. Todo se volvió un caos en cuestión de segundos. Y cuando salí al pasillo, alguien me dijo que Gómez había muerto.
Vi su cadáver. No puedo decir que me haya espantado, pero lo que vi, no me resultó agradable. El cuerpo del doctor no era (o al menos no parecía) un cadáver reciente. Su piel estaba verdosa, y su cabello se desprendía con facilidad de su cabeza y sus ojos parecían a punto de disolverse.
Su asistente insistió firmemente en que lo dejaran en el laboratorio antes de ser llevado a un hospital, solamente la escucharon cuando dijo que eso le había pedido el doctor y nadie se opuso pues al parecer, nadie quería contradecir la voluntad de un difunto reciente.

El asunto resultó penoso… Penoso, vergonzoso y espantoso, porque cuando finalmente iban a retirar el cadáver del doctor, este había desaparecido.
Su asistente tuvo muchos problemas ya que se le acusó de haberle hecho algo al cadáver. Ya que ella pidió que dejáramos solo al cadáver en el laboratorio, aunque hubo quienes se opusieron ya que querían acompañar los restos mortales del doctor, pero nuevamente volvió a usarse el argumento de que “era la última voluntad del doctor”, así que se dejó el cadáver sobre una de las mesas y se cerró la puerta del laboratorio.
Veinte minutos después, cuando volvió a abrirse, el cadáver del doctor no estaba allí. Por fortuna para su asistente, ella estuvo todo ese tiempo en un laboratorio contiguo, hecha un mar de lágrimas. Nadie pudo probar que ella robó el cadáver del doctor, especialmente porque hubo quienes se quedaron haciendo guardia frente a la puerta del laboratorio. De la misma forma en que nadie pudo demostrar que ella robó el cadáver, tampoco nadie fue capaz de encontrarlo por más que se le buscó, solo quedaba un montón de mugre y un penetrante olor a putrefacción.
El centro completo tuvo problemas con la policía, la investigación duró meses sin obtener resultados. Solo unos cuantos supimos como acabó todo, y espero que no vuelva a ser testigo de algo tan atroz.

Esa noche me quedé porque uno de los equipos estaba teniendo problemas y se me pagó para que me quedara a vigilarlo, así que estaba yo entrando y saliendo constantemente del laboratorio y fue entonces cuando lo vi.
Algo avanzaba hacia mí desde el final del pasillo. A lo lejos, tenía un enorme parecido con el fallecido doctor Gómez, así que me acerqué a verlo. Pero me detuve por el pestilente olor a podrido que despedía. Fue por ese que comencé a sentir miedo. Y por algún motivo, supe que a pesar de su gran parecido con el doctor, no era él.
¿Ocurre algo? – Le pregunté
La cosa que tenía delante de mí, comenzó a agitarse y a farfullar algo sin sentido, hasta que finalmente entendí lo que decía, era la voz del doctor la que me dijo:
No puedo… No puedo controlarlos… ¡Huye, antes que sea tarde! ¡Vete!
Me quedé allí parado sin entender qué ocurría cuando el ser que tenía frente a mi se agitó y comenzó a reír, al principio despacio y muy por lo bajo, después con fuerza hasta que su risa se tornó en carcajadas, no la risa de alguien feliz, sino la risa de alguien que ha perdido la razón.
Soltando un alarido, me atacó. Me embistió con su hombro y me derribó.
Un espantoso detalle se me reveló en ese momento, que el rostro de la cosa que tenía frente a mí, no estaba formada por una sola pieza, sino de varios fragmentos. Gusanos fue la primera palabra que me vino a la mente.
“¡Esta cosa me va a matar!” Pensé y comencé a moverme para alejarme,
¿Podrían dejar de hacer tanto escándalo? – Reclamó alguien que salió de un laboratorio cercano.
Su rostro cambió de pronto de la furia a la más pura expresión de terror. La puerta del laboratorio se cerró.
Yo ya estaba de pie en ese momento, dispuesto a pelear, de pronto escuché un disparo y observé como se formaba un agujero en el cuerpo de la cosa. En el otro extremo del pasillo, el vigilante apuntaba con su arma.
¡Es mejor que te detengas! – Gritó.
La cosa comenzó a reír, se dejó caer al suelo y se fragmentó en una miríada de gusanos. El vigilante le disparó, pero las balas eran inútiles contra la inmunda legión de gusanos que se arrastraba por el pasillo.
¡Maldita sea! – Clamó el vigilante y salió en busca de algo, me pareció, por más balas.
Regresé al laboratorio pues se me había ocurrido algo.
Cuando salí al pasillo, la repugnante masa de gusanos había vuelto a unirse, pero aún no del todo, así que aproveché y le lancé un banco provocando que los gusanos volvieran a separarse, sin pausa, le vacié por completo la botella con alcohol que había sacado del laboratorio y le prendí fuego.
Entonces llegó el vigilante junto con otros dos.
Usted lo vio, ¿verdad? – me preguntó.
Si – Respondí – Y espero no volver a verlo.
Dígales que sí es cierto.
Pregúnteles usted – Dije yo – de donde salieron esos gusanos.
Uno de ellos tomó el extintor pero no se lo permití. No quería que uno solo de esos gusanos quedara vivo. Aunque se sentía un olor espantoso, no podía permitir que uno solo escapara.
Media hora después, levanté las cenizas y las enterré.

Nunca dije nada, por más que el vigilante habló de lo que había visto esa noche.
La asistente del doctor me contó que él le había pedido ayuda para inocular a las ratas con algo, ella no sabía qué, y que una de las ratas, a su parecer, había muerto, y un día después, estaba moviéndose dentro de la jaula. Cuando la sacó el doctor para revisarla, la rata lo mordió y escapó.
Me dijo que no sabía nada acerca del libro, de hecho, no había vuelto a verlo.
Estoy preocupado por la desaparición del libro, pero hay algo que me tiene más inquieto: Debo estar al pendiente de las ratas.
Valentin Gonzalez


jueves, 27 de octubre de 2011

Viaje a Madrid


Todo empezó en una de las ideas geniales de Carlos y mía… Y mucho después se contrastaron puntos importantes con dos estupendas amigas más Ramo y Lenu…

Al principio parecía un tema en el aire, una idea de las que se dicen y se difuminan con los días hasta desaparecer de nuestras mentes, pero uno a uno de nosotros íbamos teniendo ideas respecto a lo de Madrid: que coche cogeríamos, que Cd de música llevaríamos  en el viaje, que días serian los adecuados para nuestros súper fin de semana, que ropa, que peinados que maquillajes pondríamos, donde dormiríamos, donde hospedaríamos, hasta que se acerco la esperada semana, semana que paso súper lenta como si se tratase de un mes más



 pero a la que nos dimos cuenta, allí estábamos los cuatro contando los kilómetros que nos separaban de Madrid, al principio todo parecía fácil hasta que entremos en la calle en la cual nos alojaríamos, fantástica calle llena de zonas azules y zonas de cargas y descargas dimos como unas 20 vueltas para poder aparcar o para que nos entiendan mejor hablaremos en euros más o menos nos gastamos 10euros en aparcar, después de eso por fin formamos parte de la genial zona azul en la cual se nos fueron unos 15 euros más de aparcamiento, y es que claro entre la zona azul y la zona verde ( que encima es más cara) que podríamos hacer? Jejeje
no  conformes con eso nos regalaron una pequeña multa de 90euros debido al sitio que elegimos para aparcar, el sábado ese prometía ser divertido y sin duda alguna fue un sábado genial en el cual hicimos de todo: desayunar, 

comprar, pasear, comer, mas tiendas, mas compras, fotos, muchas más fotos y hasta tiempo de hacernos un piercing Carlos y yo, como no podría faltar una noche más en Madrid, Valencia salía de fiesta y emprendimos camino a buscar un sitio decente en la que poder divertirnos, no me parecería ético por mi parte poner verdes los locales en los que no fueron amables con nosotros pero si diré que al final acabamos en Studio54 subidos en un pódium y dando lo mejor de nosotros, una vez acabada la fiesta era raro pero no necesitábamos mas fiesta, digo yo que debía de ser la compañía, el saber que estábamos los cuatro juntos y que la fiesta la llevábamos encima, nos sobraba, un trozo de pizza y un refresco nos acompaño a la habitación en la cual seguíamos la fiesta, 

bueno…seguirla hasta que nos llamo la atención el hombre del hostal…Como era de esperar había llegado el domingo, había llegado nuestro fin de semana, nuestro fin de viaje, volvimos a meter todas nuestras pertenencias a las maletas y como no, a vaciar esa habitación de alegría, porque si señores y señoras esa habitación, la habitación 401 jamás tendrá la alegría que ha tenido en esos dos días, jajaja NUNCA, dejamos las maletas en el coche en forma de tetris y justo en esa calle en donde pudimos aparcar conocimos al actor Nacho Guerreros, conocido en Aquí no hay quien viva como yonqui y la que se avecina como jardinero ex presidiario, dimos una gran vuelta por la ciudad, comimos en un bufet de comida española 


y parece curioso justo cuando nos volvíamos para el coche Madrid se volvió gris, llenándose de nubes, y un ligero aire que se iba  volviendo cada vez más fuerte y fresquito, llegamos al coche y nos acomodamos del mismo modo, la misma posición que cuando llegamos, y justo 3 horas y media estábamos pisando valencia para separarnos de nuevo… Hemos comprado bastantes recuerdos, llaveros, imanes, tazas, pero yo me quedo con el mejor de todos: los momentos en la habitación, los desayunos, las comidas, los paseos, 


las fotos, las fiestas con ellos tres, con esas personas tan autenticas, no hubiera sido igual con diferentes personas, Gracias a los tres, por hacer de ese fin de semana uno totalmente diferente , nos habrán tratado más bien o menos bien pero habéis estado a mi lado, riendo conmigo y eso no lo cambio por nada, ni mucho menos por nadie, tendremos alguna discusión, tendremos puntos muy diferentes de ver las cosas, pero sois mis amigos y os quiero muchísimo más de lo que aparento algunas veces 1beso a los tres y gracias Carlos, gracias ramo, gracias Lenu.
Valentin Gonzalez

miércoles, 26 de octubre de 2011

Errores...

La rábia nos hace cometer muchos errores. Devería intentar averiguar cual fue el origen del primer error, tal vez entonces descubriría que el primer error no fue mio, el primer error lo cometió otra persona, que me hizo sentir que yo mismo era su propio error.
Si, ya se que asi no se resuelven las cosas, pero, bueno digamos que ha sido un error, un error más. Que tire la primera piedra quien no haiga cometido un error.
Somos errores y estamos condenados a cometerlos una y otra vez, por mucho que digan que hay quien aprenden de ellos. Otros, en canvio, perseveran, repitiendo sus errores una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez...repitiendo los mismos errores sin cesar, sabiendo que hagas lo que hagas siempre te equivocarás, que hagas lo que hagas nunca podrás corregirlos, que hagas lo que hagas, hay errores que nunca se podran corregir
Valentin Gonzalez

martes, 25 de octubre de 2011

Quien la sigue la consigue

Hacerme caso, eso de que lo importante es competir, es una solemne estupidez. Tanto en el amor como en la guerra, lo único que importa es ganar, y para conseguirlo, todo vale.
Pero, ¿qué hay que hacer para asegurarse el triunfo? ¿Ser más listo que los demás? No. La única condición verdaderamente indispensable para ganar, es querer hacerlo."
Tener claro que quieras ganar, que quieres llegar, sea cual sea el precio que tengas que pagar por ello, y cuando suena el pistoletazo de salida no desviar ni un solo segundo la mirada de tu objetivo y estar dispuesto a cualquier sacrificio hasta llegar a el.
En una palabra: perseverancia. La perseverancia es el único equipaje inpresincible de los triunfadores. No hay verdad más rotunda e incontestable en esta selva donde vivimos que quien la sigue la consigue.
Valentin Gonzalez

lunes, 24 de octubre de 2011

Las chonis y los canis

Esa raza que amenaza el futuro de la especie humana.
¿Como ser un buen cani?
Simple, tienes que dejar de ser humano.
Viste pateticamente y escucha flamenco/masia.
Ser inteligente está prohibido si quieres ser cani
tu vocabulario se reduce a:
- Me suua eR coOñiiOh
Y da lastima ver como se comporta esa gente, pero hay que reconocer que todo el mundo tiene defectos, defectos que hacen daño, por lo que a veces... te cuestionas si vale la pena.

Valentin Gonzalez

domingo, 23 de octubre de 2011

Perdidas

todas las personas siempre sufrimos algo en la vida, perdidas importantes, desengaños, infiledidas.. duelen?SÍ.
una vez crei qué te quise, ke te queria, y que eras una persona justa, verdadera, y legal. ERROR. nada de eso...
pero porfin me doy cuenta de lo qué de verda siento hoy por tí.
no es odio, no es rencor, no es resentimiento.NO ES NADA.
mi vida cambio por completo, y ha cambiado de hecho
una mitat de mi esta espavilada la otra ausente. no te culpo ni de dejo de culpar, porque cada día qué pasa me doy cuenta de que ya no me duele tanto el no tenerte.
Me despertava mañana tras mañana pensando en Tí. ahora me depierto mañana tras mañana. ovidandome de ti.
nosé como estube ciego. nosé el porqué el destino me hace saber ahora lo qué nunca supe.
pero gracias le doy por hacerme saber a mi mismo que sentimientos mios. quedan desterrados de mi.NO ES QUE NO TENGA capacidad para perdonar, pero ahora sé. qué nunca más volvere a rozar tus labios ni nuestras miradas.
me mentistes. y ne gusta quemarme cn tus mentiras porque as hecho de mi otra persona más viva. mas fuerte mas espavilada. donde hay fuego quedan cenizas. en mi caso no.
no niego qué no te siga amando mi instinto. pero esto se qué se acabo. un dolor que poco a poco sanara
Valentin Gonzalez


sábado, 22 de octubre de 2011

Cuantas veces no hemos desedo eso?

Cuantas veces hemos deseado borrar un dia? un instante? un momento? 
hasta un año de nuestras vidas…a borrarlo todo!! vaciar nuestra memoria…
 Cuantas veces no deseamos volver a ser niños… vivir todo de nuevo…
 recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su
 lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo
 regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su 
paso y se marchan con lágrimas y un largo adios. Si desearamos en 
algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo
 a la frase "comezar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían 
como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza
 y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación
 de aquel amanecer que fue perfecto. Las noches de orgasmos, el primer piti en el patio del insti, las grandes excursiones con el cole, nuestras excursiones no tan inocentes, risas, llantos y mas risas, nuestros antiguos amigos, los no tan antiguos y los amigos que iban a ser eternos y nuestrasn citas desastrosas y todo lo que nos forma como personas
 la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez, las cartas que nos
 hicieron llorar, los abrazos, los besos y todo lo demás, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
 ¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de buenos recuerdos
 dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades 
por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no
 sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?
Valentin Gonzalez