pero entonces resulta que no es así y te enervas y dices cosas que a lo mejor no debes decirlas y aquí me veo pensando en el sueño que me gustaría tener esta noche. ¿Cuantas veces hemos dicho algo erróneo en algún momento crítico de nuestra vida? ¿Cuántas veces se ha enfadado la persona que te gusta por esas imbecilidades que dices? Cuantas veces no le dices una grosería a un amigo por un mal entendido? Cuantas veces no decimos basta a una persona que no se lo merece? O dejamos en su lugar a la persona menos indicada? Y yo si lo digo, yo si lo asumo: Me gustaría poder pensar con algo de sentido común y dejar de decir cosas que no siento cuando tengo los nervios a flor de piel. Acaso vosotros sentís lo mismo que yo?
Valentín González
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