Ya está ahí, poco a poco entra en nuestros días…la luz del sol nos abandona cada vez más pronto a lo largo de la tarde, que es? Que es lo que viene? Todos afortunadamente lo sabemos, es algo que nos hace tener una excusa para estar más pegados.
Y es que todos adoramos la gélida escarcha que cubre las calles y el frío que ocupa las mañanas. Nos gusta ahuyentar al helor con grandes abrigos de lana y al menos tres sábanos nos envuelven con su calidez al llegar la noche.
La nieve cubre la ciudad y la purifica con su blancura perfecta. La oscuridad nocturna se presenta a horas más tempranas y nosotros solo queremos estar en casa, en un pequeño cuarto, delante de una chimenea. El fuego nos tranquiliza, su crepitar incesante se transforma en una canción de cuna y desprende tanto calor que nunca nos separaríamos de él.
Los baños se convierten en la mejor parte del día. El agua caliente nos separa por un momento del ambiente exterior y aprovechamos ese preciso momento para ordenar todo lo que nos ha pasado. Pensamos en el amor, los deberes, los exámenes, la diversión, los amigos. Numerosas ideas invaden nuestra cabeza y deseamos que el agua siga allí para siempre, agradándonos el día. Pero antes de que nos demos cuenta, el tiempo nos obliga a renunciar a esa satisfactoria sensación.
Valentín González
No hay comentarios:
Publicar un comentario