-Debería estar jodido, pero me siento realmente bien, porque me tiré a la piscina y por lo menos puedo decir que lo intenté. También reconozco que la piscina estaba vacía y me llevé una buena hostia, y estuve un tiempo de recuperación y reflexión. Vivimos las caídas para aprender, porque nunca sabes cuándo vas a cometer un error; simplemente tenemos automáticamente la manía de cometer y aprender. En ese orden. Nunca aprendemos sin hacer o comprobar.
Valentín González
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