MADRES OTRA VEZ…
Yo no sé por qué ahora todo el mundo se empeña en meter presión a los hijos para que se vayan de casa. Pero si en realidad lo que las madres quieren es retenerlos en casa hasta que tengan 35 años, estén casados y tengan hijos. Y cuando diga: “Pablito te traigo un petit suisse?” que diga: “y a ti Paco hijo mío te traigo dos que estás creciendo, que eso de estar tanto rato metido en la oficina no tiene que ser bueno, y luego siéntate en el sofá que yo te exprimo un zumito de naranja natural. Vamos, un claro ejemplo de esto es Yurena, antes conocida como Ámbar, y más conocida como Tamara, que se llevaba a su madre hasta para mear. Si un día te cruzas con ella, ni se te ocurra decirle nada, que en seguida sale su madre de debajo de una piedra, y ésta es más peligrosa que Michael Jackson en una guardería. 
 
Pero es que las madres no pueden verte mal. A una madre lo peor que le puede pasar es que su hijo le diga que no va a cenar. Tú le dices eso a tu madre y de repente te mira con una cara que más que tu madre parece Terminator. Y te dice: “¿Pero cómo que no vas a cenar?¡¡¿cómo que no vas a cenar?!!” Y tú: mamá que no, que no tengo hambre”. Y ella: “Pero hombre, algo tendrás que cenar, ¡digo yo!”. Y tú: “¡Mamá que noooo!”. Y ya es cuando te dice la famosa frase: “Anda ven, ven y siéntate, que te frío un huevo”. ¡Que te frío un huevo! Pero a ver, ¿qué es lo que entienden las madres con la frase “no tengo hambre”? ¿Qué pasa? ¿que los huevos fritos llevan alguna sustancia que hace que te lo comas sin hambre? ¿o qué?. Pero es que las madres para eso tienen un lenguaje especial. 

O si no cuando les da por hacerse pasar por policías, con tanta pregunta, que si con quién vas a salir, que si a dónde vais a ir, a qué hora vas a volver, ¡si es que parece que tengan complejo de Grissom, del CSI!, solo falta que diga: “El sujeto presenta signos de alcohol en la chaqueta. ¡Y ven que te haga un análisis de sangre para ver si te has metido algo raro!”. Así, sin indirectas ni leches. 
Aunque la verdad es que las madres de antes lo tenían más difícil, porque ahora una madre pone la tele y ¿a quién se encuentra?... pues a la Supernanny!!!, que te lo soluciona todo en un programa de media hora. Ella llega a la casa, observa la situación como si fuera un documental de Félix Rodríguez de la Fuente, le dice al niño y a los padres lo que tienen que hacer y durante 3 días el niño es un santo, y la Supernanny se va tan feliz pensando: “una vez más vuelvo a solucionar otro problema con los hijos”. Pero a ver hija mía, ¿tú te crees que un niño que es el demonio en miniatura,el mismo hijo de santan, que solo le faltan los cuernos y vestir de rojo, te va a hacer caso a ti?, claro, ¡por tu cara bonita!, vuelve dentro de un mes a ver si el niño no le está quemando el pelo a su hermano con un mechero o jugando a los dardos con cuchillos. Vuelve a ver. 

Pero bueno, que me lío. Otra cosa que caracteriza a las madres es esa facilidad tan grande que tienen para encontrar las cosas. Tú ya te puedes tirar horas y horas buscando una cosa que te ha dicho tu madre que está en ese sitio y no encontrarla, que en seguida llega tu madre y en un momento te lo saca y te dice: “Anda toma, ¡que es que lo tengo que hacer yo todo!”. Vamos, ¡ni el perro Rex es tan eficaz buscando algo! 
Pero yo con lo que me quedo flipando también es con esa capacidad que tienen las madres para hacer 9 cosas a la vez ¡y encima hacerlas todas bien!. Bueno, todas las madres menos Isabel Presley, que ella tiene mayordomo hasta para pelarle el Ferrero Rocher, pero bueno, eso es un caso a parte. Las madres ya pueden estar fregando, barriendo, vigilando la comida, haciendo la lista de la compra, hablando por teléfono y bailando el sarandonga, que encima aun se dan cuenta de que no te has lavado las manos antes de comer!!! Pero ¡¡¿¿cómo lo hacen??!!. entonces piensas: que paranormal es todo... 

Y son tantos años viviendo juntos que es normal que luego no quiera que te vayas de casa, porque te echa de menos. Bueno, aunque eso de que te echa de menos es muy relativo, porque luego entre que vas a llevar la ropa sucia para que te la lave, que si vas a pedirles un poco de dinero para hacer la compra, bueno, que tú les dices que es para hacer la compra, pero que ellos saben que no, y entre que te pasas a comer día sí... día también, pasas más tiempo en casa de tus padres que Julián Muñoz en la cárcel, y que Jaime Cantizano en Antena 3. 
Y luego ya es cuando el hijo va creciendo, está más ocupado y es cuando se cumple el anuncio: que vuelve a casa por navidad. Pero es que vuelve él, vuelve su novia noruega, que ha conocido en un viaje de trabajo, y vuelve un niño que ya anda, dice papá y sabe decir el abecedario eructando. Y entonces es cuando la madre se tiene que quedar con el niño porque el hijo está muy ocupado. Pero bueno, eso poco a poco. 
Yo de momento aun no me he ido de casa, y no sé cuándo lo haré. Pero lo único que espero es que sea antes que Paquirrín.

Valentin Gonzalez